Terceras historias

Aprovecho este espacio para darle presentación a una colega que nos deleitara con algunas historias dentro de este espacio.

Su nombre Isabel tiene todo lo dulce que su personalidad no tiene. Es alta, ¿complexión?… de superioridad. Siempre pulcra y arreglada, vestida a diario como un ejecutiva independientemente de cuál sea su misión. El sonido de sus tacones y el olor de su perfume son la estela que deja al caminar; sus pasos finos y determinados atraen la atención de quien la ve pasar inevitable es voltearla a ver. Va contra el viento sin un sólo cabello fuera de lugar, la cara limpia, labios rojos, ojos grandes, siempre atentos a todo, pero dentro de ellos y en compás con sus labios hay detrás siempre una risa burlona, se que piensa mucho más allá de lo que le estoy diciendo y se ha llegado a burlar en su interior de mi.

Sé que su trayectoria profesional es larga; si está casada, viuda, soltera no lo sabemos, y tampoco se sabe nada de su vida pasada, cosa que en lo personal me intriga mucho, ya que a pesar de los menudos cafés de confianza que nos hemos tomado el tema nunca ha salido.
Pienso a veces si es de este mundo y pienso también si me equivoque en haberla invitado, pues seguro de nosotros se estará burlando. Pero su humor negro, sarcástico, su experiencia, su sonrisita burlona, su belleza inmutable dará a nuestro espacio mayor riqueza y sazón. Isabel será quien cuente las terceras historias.

Bienvenida Isabel.