lunes, 29 de septiembre de 2008

Pestañeos


No puedo evitar cerrar los ojos, es lunes. Me pesan, me pesan los ojos, y de pronto pierdo la conexión con el trabajo. Necesito pararme -pienso - pero ya me he parado bastante, caminado por los pasillo que cada vez se llenan de gente nueva, algunas personalidades destacables, reconozco a los que ya han sido materia de carrilla por la unidad: Johny depp o Jack Sparrow, Neo de Matrix, la chisquiada, Úrsula (si se parecen lo juro) en fin! no se les ha escapado nadie.


Regreso a mi escritorio, y los ojos me vuelven a cerrar.
Es un lunes normal, es ya casi mediodía y Julio como de costumbre, empieza su repertoire, esta vez son canciones a una mujer mayor que el (40 y 20, señora de las cuatro décadas, etc) pero hoy no reacciono, no me río, no le aplaudo, no le pregunto nada.


Jorge ha tenido que salir de la oficina, el teléfono esta medio muerto, pasan algunos compañeros a saludar y nos quedamos un rato platicando, Lydia que vuelve a pasar por la oficina insiste en que mi lugar es el lugar de reunión, porque la puerta está abierta y siempre hay gente aquí contando algo pero yo no lo busqué !lo juro!, intento avanzar en el trabajo pero me doy por vencida, y quiero contarte lo que he pensado de mi lugar de trabajo.
De frente tengo un pasillo, un elevador y a lado del elevador el descanso de unas escaleras, que conectan los seis pisos.


Por el pasillo durante el día pasarán unas 40 personas aproximadamente, diferentes estaturas, preocupaciones, ideas, ritmos, oficios, acentos, algunas voltean a saludar, otras se paran a preguntar algo, platicar cualquier cosa, otras arrojan una sonrisa, otras pasan cabizbajas o demasiado a prisa, otras canturreando, otras se esperan en el descanso para hacer alguna fuerte declaración. Ya he escuchado dos, de las cuales no he hecho en la oficina ningún comentario.


Y como este blog permanece sepultado...
Una era de un jefe a un empleado, que había escuchado ciertos comentarios de compañeros suyos (del acusado) de su manera de hablar, y de levantar ordenes cuando no le corresponden. El joven jefe característicamente sereno, permaneció sereno, lo que me causó gracia fue la respuesta balbuceante del acusado. Y no escuche continuidad del caso. Nada de esto lo ví, porque generalmente tengo la persiana a medio cerrar, pero las voces las reconocí. Y la segunda, la acabo de oír, una declaración más personal con mezcla laboral, una advertencia de una mujer a un compañero suyo sobre otro colega que al parecer esta lleno de telarañas me reservo a omitir más comentarios y especificaciones del problema, nunca se sabe por donde pueda caer la verdad, pues siempre cae por su propio peso y a su debido momento.


Sin más por el momento y con los ojos un poco más abiertos me despido de ustedes colegas,

- Julia

2 comentarios:

Psyko dijo...

Hooooooooola Juliana

Antes que nada gracias por el comentario (me has emocionado jus...no es normal ver comentarios por estos lugares),efectivamente he leido el principito y he visto la pelicula...aun así a mi me quitan del mundo de la poesia y me pierdo...aaaaaaaaains y pensar que también soy adulto jus grrrrrrrrr jejejejejeje. Me despido ya hasta otro día, que sepas que tienes las puertas de mi blog abiertas de par en par, cuidate y...besos !

Anónimo dijo...

No sé porque se me vino a la mente el consulado... pero ¿no, verdad? jajaja

¿Por qué esos tres nombres?